Mi calle


Descubriendo mis encantos,
aferrándome sin miedo
a la magia de otros designios
que me encuentran transitando
en un deambular inexplicable,
extravagante, casi renovado.

De incógnita me sumerjo;
en medio de la desesperanza,
apareces como aquel propósito
que me conduce, no se pierde
ni engaña, cual privilegio
de algo nuevo que atrapa.

Coalición de sentimientos
en un cielo diáfano, refulgente,
despejado, estremecido por
un tiempo que llega sin dejar
heridas del pasado, ahora casi lejano,
presente como siempre, pero asimilado.

Porque la magia brota entre las noches,
en aquella calle oscura, sombría,
desordenando todo a su paso.
Desertando de la aridez del vacío,
abandono, frío, desencanto.
Me escondo en mis emociones,
espíritu intrépido, sugestivo,
atributo libre y desenfadado.

Declaración de humanidad
inquietantemente perturbadora,
que mitiga el dolor temido,
que renueva horas silenciosas.

Melodía que conduce al majestuoso momento,
deslumbrando mi alma, eternizando este viaje…
Y en mi calle del olvido te hallo como un bien preciado,
como lo vivido en algún siglo de un tiempo anterior
que puedo sentir cada vez más cercano.

Dolores

Desandando caminos




Posibilidad de volver el tiempo atrás,
intentando reconstruir algún pasado perdido
más no se si lograré algo, mi destino parece marcado
por algún guión extraño y algo inesperado.

Alguien dijo… no sigas en tu búsqueda,
podrías extraviarte, espesa niebla de recuerdos,
zonas oscuras, remembranzas infantiles,
tal vez es mejor relegar o silenciar.

Mis desvaríos me llevan al desarraigo
creado, y así lograr olvidar
aquello que me dejó sin memoria,
con mis deseos malogrados,
intentos de nunca acabar.

Quizás en mis horas de soledad
retorne la magia que un día supe hallar.
Sólo pretendo avanzar hacia adelante
sin dejar de caminar hacia atrás.

Dolores



Porque veo al final de mi rudo camino
Que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo